jueves, 16 de marzo de 2017

Liderazgo en el aula


    En el campo empresarial u organizacional existen muchas definiciones de lo que debería ser un líder, muchas de ellas no toman en cuenta el desarrollo humano como parte de la formación de un líder. Entre los primero encuentros con liderazgo se tiene que tomar en cuenta la familia; los primeros dirigentes, buenos o malos, son los padres, cuya relación mutua inculca valores, estilos y estrategias, impulsan actividades y ponen límites de conducta. Cuando el individuo entra al sistema escolar, se encuentra al maestro como líder, tratando de potencializar en sus alumnos las habilidades, para que posteriormente sean de ayuda en la elección de una profesión u oficio.

    Por lo tanto, el liderazgo se vuelve una condición humana universal que unos individuos logran desarrollar más que otros. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua un líder es: (Del ingl. leader, guía). Persona a la que un grupo sigue reconociéndola como jefe u orientadora.

    Los gobiernos, las autoridades educativas y la sociedad exigen líderes y personas integrales, pero eso no se logra sin tener en las aulas líderes; las corrientes educativas que actualmente están adoptando los sectores educativos, están encaminadas a que el papel del profesor sea más activo dentro del aula. (Revista Mexicana de Pedagogía. Enero – febrero. No. 93. 2007. México.)

     El alumnado, como miembro de la comunidad educativa, es necesaria su participación democrática, por ser el centro de la educación. El proceso de enseñanza-aprendizaje parte del alumno y todo el sistema educativo se estructura para lograr su formación como futuro ciudadano.

  Y como toda sociedad que se denomine democrática, necesita de representantes, de personas que sepan llevar sus inquietudes, ideas o mensajes a comunidad, y solucionar los problemas de ella misma. Por tanto, el alumno que se educa para ser un ciudadano que consolide y fortalezca la democracia, debe aprender a elegir y representar a sus compañeros de escuela. Constituirse como un líder que transforma las inquietudes, los temores, las dudas y problemas de los estudiantes en mensajes o soluciones ante la comunidad educativa que interviene en el proceso de su formación.

   El alumno se construye como líder, como representante estudiantil, que asegura la participación democrática de sus compañeros en la vida de la institución educativa y la comunidad. Impulsa un cambio fundamental para la mejora de la educación, inculcando la inspiración de un propósito común, que “genera consensos y puede tomar decisiones con otros”, los cuales impulsa para democratizar las relaciones entre los integrantes de la comunidad educativa. (Anampa, E. 2013)


Ahora bien, el día a día en las escuelas se evidencia que en los alumnos predomina ese liderazgo, pero no precisamente es ese del buen estudiante, proactivo participativo. Quienes son líderes tienen la posibilidad de ejercer influencia en la conducta de los otros; son en general extrovertidos, y con gran capacidad de iniciativa. Sin embargo no siempre estas figuras son positivas, pues a veces los líderes son negativos, ya por estimular conductas antisociales; o por opacar al resto del grupo, cuyas opiniones no son tenidas en cuenta. En las escuelas cada vez más predominan bandas delictivas en las instituciones y es ahí cuando nacen esos líderes con poder, con autoridad, que hacen bullying en el resto de sus compañeros, y es entonces cuando se evidencian el descontrol de la clase, de la escuela, ya que el resto de los estudiantes aplauden y enaltecen las características de ese joven que para ellos es el líder. 

   Tal como lo expresa Fingermann, Hilda (2012) Un líder negativo fomenta la discriminación hacia uno o varios compañeros, incentiva a comportarse mal en clase, a faltar el respeto al docente o al profesor, a no ingresar al establecimiento escolar, a no hacer la tarea, desafiando las normas institucionales. Su poder se basa muchas veces en el temor que sienten los demás, en caso de no cumplir con sus demandas. Este tipo de líderes deben ser detectados por los responsables a cargo del aula a efectos de tomar medidas que impidan que la vida escolar en lugar de educar, estimule la formación de hábiles nefastos.

  Es entonces donde nos preguntamos ¿Qué estamos haciendo como familia por permitir el crecimiento y el alcance de esos líderes negativos? ¿Estamos los docentes y las escuelas trabajando por transformar a esos líderes negativos en positivo?
Adelaida Aldana
Carlos Aldana
Farilys Rodríguez
María Cormane
http://educacion.laguia2000.com/general/alumnos-lideres
http://encuentro.educared.org/profiles/blogs/alumno-l-der-liderazgo-para-una-convivencia-democr-tica

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